Los pensamientos sinceros son pequeños reptiles fríos que se arrastran hacia afuera, alérgicos a la luz y a los ojos ajenos.
Hieren la mirada de quienes pretenden conocerme.
Cambian caprichosamente cuando son tocados por labios desiertos de humedad.
Nada tiene más sinceridad que lo ambiguo, lo metafórico, el significado que se expande en múltiples escalofríos fugaces.
La memoria es un espejismo colgado de un pequeño orgasmo suspendido en la oscuridad.
Querido Sábato, te quise tanto...
-
Sos el causante de mis mejores pesadillas. Ya sólo me quedan unas pocas
cosas que agradecerte. El fuego que me corroe el alma desde la
adolescencia. La luc...
Hace 13 años