miércoles, 4 de noviembre de 2015

Coctel.

Reverenciemos entonces ese cóctel de neuroquímicos.
Y ahoguémonos en él como si fuera un mar de monedas.
Aférrese a una persona, y amela con su ignorancia hasta que sangre
aunque no quiera, aunque no pueda, aunque no sea necesario.
Póngale una palabra bonita a su cobarde necesidad de estar con alguien
Y dígaselo a todos, diga que es valiente y ama a una persona
que de ese tamaño es su amor, y haga hijos y haga una casa, para que su amor se expanda.


No entregue su sexo tan fácil, porque eso es ser un animal con smartphone
niegue su atracción primitiva, y trascienda con su mirada perdida
porque la vida no es carne, porque la carne es una sucia desnudez…
Porque ser un coleccionista de instantes, es ser un mercenario lujurioso.

Llámele amor a ésta farsa, y dígaselo a todos, y siéntase trascendente.