viernes, 5 de enero de 2018

UNICORNIOS





La gente empezó a reportar que había unicornios en su jardín.


Dichos testigos afirmaban que sus unicornios de jardín eran invisibles al tacto y al paladar, que no dejaban ninguna evidencia física de su existencia si alguien la solicitaba, y sólo se mostraban a aquellas personas que verdaderamente creyeran en ellos.


Eran unicornios a prueba de pruebas, y aun cuando no se diferenciaban de ninguna manera con un unicornio inexistente, eran unicornios hermosos, lozanos, rebozantes de… del material brillante del que están hechos los unicornios por supuesto.


Cuando alguien sugería que los unicornios estaban hechos de imaginación, y mentiras, los seguidores y avistadores de unicornios se enojaban y apaleaban a estos atrevidos.


Los jardineros especializados en jardines de unicornios vendían unos palos especiales para este divertido menester y más de un padre de familia tenía colgado de la puerta un palo, sólo por si acaso se aparecía uno de estos pedestres anti- unicornianos supersticiosos.


Todas las personas hablaban a los unicornios aunque pocas veces obtuvieran respuesta.


Cuando los unicornios se dignaban a hablar, hablaban muy bajito, en un idioma desconocido para casi todos los humanos, excepto para los intérpretes de unicornios, que llegaban en sus vistosas limosinas a las casas de los pobres y los ricos, con una libreta de palabras unicornienses, a traducirles a las familias lo que dijera el fabuloso portento habitante del jardín, cobrando en monedas de oro al rico, o en trabajo y diezmo al menos pudiente.


La gente también dejaba regalos y golosinas a los unicornios, aunque pocas veces se veía un unicornio con el suéter que tejió la vecina, primordialmente porque los unicornios eran invisibles, y algo melindrosos para vestir suéter feos, o jugar con chucherías.


Pero lo seguían haciendo, porque en agradecimiento a los regalos y chucherías,


los unicornios de jardín hacían milagros, que a veces costaba trabajo aceptar, como quitar un dolor de cabeza, o desaparecer una espinilla, hacer que se fuera el hipo, o que dejara de llover enseguida.


Poca gente había visto los milagros, pero tenían que ser ciertos, porque la tía política de un amigo de un compañero de la escuela, le dijo al sobrino suegro del papá de la hermanastra de otro compañero, que su mamá vio mejorarse de los dolores de cadera al cuñado político de su yerno tercero, y que al parecer fue por el agua bendecida por un unicornio frondoso y colorido pero más importante, un unicornio existente, no de esos que dicen los escépticos que no existen.


Personalmente nunca he visto un unicornio frondoso, ni desnutrido, debe ser porque no creo realmente que existan.


Es algo que no le he dicho a nadie, no quiero ser apaleado


Pienso que si hubiera tanto unicornio en el mundo, deberían por lo menos dejar alguna marca.


Mucha gente señala donde hay un unicornio y otro le dice que ahí no hay nada.


Luego la gente empezó a reportar que había un jardín en su jardín.

Pablo Pérez Sibaja
setiembre 2017








El segundo intento de Enero y las Ganas.

Esa noche a diferencia de las anteriores, estaba más bien fría.
O tal vez, al borde del puente, y con la decisión tomada, su cuerpo así lo percibía.
No había lágrimas  ni sensaciones contradictorias que valga la pena mencionar, ni marejadas de recuerdos, ni las cosas que se supone, pasan en este tipo de situación.

 Enero, estaba ahí sosteniendo ese bulto adormilado que se enrollaba alrededor de sus ojos, esa máscara de inútiles decisiones sin tomar, de mil cosas sin hacer, sabiéndose engañado de haber tomado muchas decisiones, y hecho muchas cosas, encontraba ahora la estafa sin precedentes de la que había nacido víctima. Hace unas pocas semanas atrás, él era el dueño de todo.
             La búsqueda de la verdad, lo había llevado a leer mucho y comprender poco, de pellizcar por aquí y por allá conocimientos entregados hace miles de años por muchos diversos maestros espirituales, y se creía poseedor de ese conocimiento, de un grano de verdad, de una vaga respuesta a la vida y a la muerte, a la existencia, a la relatividad de la realidad, a la no importancia de la materialidad que lo rodeaba.
Tanto así, que siguió su vida de rutinas desatendiendo eso que él mismo llamaba su camino.
Se vendió al reposo, a la vida de ocho a cinco, y de seis a una, y luego de ocho a cinco otra vez.
Reduciendo su existencia a los fines de semana y las horas de almuerzo, se empezó a entregar a la marea, perdiendo poco a poco lo que Hesse llamaba la marca de Caín, distintivo invisible de los rebeldes, de los seres inquietos y “especiales”, la cual lucía orgulloso en su frente.
Ya no había nada de aquello.
Ahora ahí, parado al borde del puente, algunos pensamientos aletargados escalan a su entendimiento. Uno de ellos, un tanto amargo e irónico, le presentaba el recuerdo de haber experimentado un fenómeno de iluminación.
Siempre había creído que la iluminación era una sensación agradable, un salto a la plenitud, un roce con el universo, y ahora, sabía lo insoportablemente abrumador de un pequeño destello de la supuesta “Verdad”.

            Síntomas de depresión, le habían dicho. Qué simple es todo con los psicólogos. Un proceso de las neuronas y los neurotransmisores,  complicado y no probado del todo, provocaba eso. Claro, los síntomas calzaban a la perfección. Y una medicación podría ayudar, pero el sabía que había encontrado algo, que había visto el otro lado de la moneda, y el precio era resolverlo o morir en el intento como ya había decidido.
            Había perdido un buen trabajo, por faltar, porque se entregó al sueño crónico, a no comer, a las sábanas. Su mirada quedaba fija en la pantalla del televisor por horas y horas.
            Comía muy poco, y fumaba exageradamente.
Pero aun y cuando puede observarse muy sencillo y hasta trillado, la característica de comportamiento de Enero, profundizando en ella existía una sutil particularidad.
El sabía qué era lo que ocurría, porque como dije antes, había sido iluminado.
Esta iluminación le reveló como operaba en su vida “las ganas”.
            En retrospectiva, se observó encerrado, en su cuerpo, en su mente y en sus emociones, las vio literalmente como se ve una maquinaria compleja, funcionando arremolinadamente sin orden alguno, cuando una de ellas gritaba con más fuerza, surgían “las ganas” de hacer algo, moverse, levantarse, comer, fumar, tener sexo, alegrarse, deprimirse, trabajar, escribir, dormir. Y entonces arrastrado, se sentía moverse, y ejecutar lo que “las ganas” le dictaban.
            Estaba atrapado, sin un ápice de voluntad, pues en esa maquinaria descoordinada, veía a esa voluntad lejos, muy lejos, sin lograr integrar de forma redentora, alineando armónicamente la masa informe.
            Después de ésta visión alarmante, nada importaba.
            Tal vez pudo haber acabado todo, tal vez todo pudo haber recomenzado, también era posible, que todo siguiera igual al estrellarse contra las piedras del precipicio, tal vez simplemente pudo llegar a la conclusión, de que la macabra ilusión, que era su vida, podía cambiar con un milagro. Pero nada de esto ocurrió: saltar al abismo no iba a ser posible simplemente porque no le dieron ganas.

Pablo Pérez Sibaja
2007



martes, 6 de diciembre de 2016

Abraza Arboles

Un abraza árboles no espera que el árbol lo abrace de vuelta,
pero se inventa historias de que su árbol lo rozó con las hojas,
y que sintió el "calor del árbol" , y la "energía" del árbol, y una conexión,
 y como el árbol le susurró su cariño, convirtiendo la respiración en oxígeno.
Esos abraza árboles niegan la verdadera naturaleza emocional del árbol,
impostan su propia emoción en él,
y muestran total ignorancia por la naturaleza del árbol.
La naturaleza verdadera del árbol es que no tiene respuesta emocional.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Coctel.

Reverenciemos entonces ese cóctel de neuroquímicos.
Y ahoguémonos en él como si fuera un mar de monedas.
Aférrese a una persona, y amela con su ignorancia hasta que sangre
aunque no quiera, aunque no pueda, aunque no sea necesario.
Póngale una palabra bonita a su cobarde necesidad de estar con alguien
Y dígaselo a todos, diga que es valiente y ama a una persona
que de ese tamaño es su amor, y haga hijos y haga una casa, para que su amor se expanda.


No entregue su sexo tan fácil, porque eso es ser un animal con smartphone
niegue su atracción primitiva, y trascienda con su mirada perdida
porque la vida no es carne, porque la carne es una sucia desnudez…
Porque ser un coleccionista de instantes, es ser un mercenario lujurioso.

Llámele amor a ésta farsa, y dígaselo a todos, y siéntase trascendente.

jueves, 11 de junio de 2015

Respuesta al Vodka

Los pensamientos sinceros son pequeños reptiles fríos que se arrastran hacia afuera, alérgicos a la luz y a los ojos ajenos.
Hieren la mirada de quienes pretenden conocerme.
Cambian caprichosamente cuando son tocados por labios desiertos de humedad.
Nada tiene más sinceridad que lo ambiguo, lo metafórico, el significado que se expande en múltiples escalofríos fugaces.
La memoria es un espejismo colgado de un pequeño orgasmo suspendido en la oscuridad.

jueves, 15 de mayo de 2014

Incidental.

Nos amábamos sí.

Yo te amaba porque era algo más qué hacer
Vos me amabas porque no tenías otra cosa qué hacer.
Yo puedo conseguir algo más qué hacer.
Vos conseguiste algo qué hacer.

Luego vos amarás.

Vos amarás porque es algo que hacer.
Él te amará porque no hay otra cosa que hacer.



viernes, 16 de marzo de 2012


Esto sale desde mi herida.
Porque no soporto que te tatúes en tu lienzo las palabras del buitre.
Que en los ojos de mi espejo esté solamente el vacío de lo que se supone que haces.
Me asombra como en dos segundos quemas  las conversaciones estelares.
Las galaxias construidas y el velo destapado.
Me fascina verte siendo cada vez más vos, pero me enoja cuando te deslumbran con nuevas cuentas de plástico.
Y conozco tus miedos mas profundos. Veo ese abrazo al humo antiguo.
Ese candado a la promesa de eternidad de un ciego que se jacta de ver.
Pero te sigo observando.
Y mi apuesta sigue en pie.
Tal vez sos tan valiosa como mi dignidad, eso es lo que quiero creer.
Tal vez solo estoy aquí para eso.
Tal vez quede de pie después de ésta tomenta.

PPS

jueves, 8 de diciembre de 2011

Que se aleje.

Herido el buitre
mostró que había en su lengua
bastó una daga.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Buitre.

Canta el buitre azul,
quiere tu miel y carne,
no está mi sable.


Pablo Perez Sibaja.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Indifevancia.

Indifevancia

Tu indiferencia
hiere mi aire al encontrar
la irrelevancia

 Pablo Pérez Sibaja


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Estas viva. 

Quisiera celebrar que estás viva.
que has compartido conmigo.
esos instantes de coleccion
que parece tenías repetidos.
Esa novedad de tus ojos
el fastidio que te provocan los mios


quisiera celebrar, y que no fuera solo
tu isoseles rojo creador de sarcasmos
ese lente indescifrable por donde confrontas el mundo
esos trazos secretos de grafito afilado, tortuoso
esas ganas constantes de salir huyendo
esos momentos, para mi tan brillantes, para mi tan tremendos
para vos tan normales, para vos tan pedestres.
Quisiera celebrar que estas viva.
con otro desayuno, para vos obligatorio,
con otro café blanco trillado
que aprecio siempre , como si fuera el ultimo.
Me gustaría regalarte algo, que nadie te ha regalado
pero ya las frases de orgasmos te las da otro
mis trucos de mago no son interesantes
mi cabello no era tan largo
y mis cejas no tan pobladas
mis palabras no son suficientes
y mis entrañas no te interesa.
Quisiera celebrar que estas viva.
agradeciendo cada instante en tu esfera
aplaudiendo cada poro en tu piel
cada caricia respondida
las risas que me entregaste
tu olor en toda mi cama
Quiero celebrar que estás viva
y sería un honor
que lo celebraras conmigo.









sábado, 30 de abril de 2011

Ciertas Noches.

 

Cómo ciertas noches.
Se acerca tu pesada indiferencia.
A la serena irrelevancia.

viernes, 22 de abril de 2011

Entonces Somos...



Nos acercamos muy despacio, como animales venenosos
Acariciándonos las ponzoñas, enlazándolas en una danza
Deliciosamente trivial.
Somos dos piezas filosas de un astro defectuoso
que dejó medio terminado un espectro artista y charlatán.
Somos una montaña de soledades, una simbiosis ruidosa
Un montón de partes sueltas, de un artefacto estelar.
Un rompecabezas sin orillas, un orgasmo a la mitad.
Somos un coctel de misterios, un aguacero de preguntas
Somos un torbellino de palabras tratándose de ordenar.