lunes, 18 de agosto de 2008

¿que pretende?


No se qué pretendo.
Simplemente estoy narcotizado con el resplandor de su cara, deslumbrado por las huellas cobrizas de su ensortijada oleada de olores, envidiada por la brisa y el rocío.
No estoy seguro de cual es mi juego, pero me adormila la tibia blancura del manto lechoso que cubre cada parte jugosa de su cuerpo tierno y liviano.
Me estremece el felino movimiento de sus labios resecos de besos sinceros, y mis poros se extienden hacia usted, queriendo comenzar una colección de surcos de uñas en una espalda solitaria.
No tengo un plan, no tengo una pretensión, solo hago cosas como un payaso sicótico, muerto en batalla riéndose estúpidamente de la vida, carcajeándose nerviosamente al estar embrujado por cantos de sirena, rendida en el mar de incertidumbres espinosas, que se ciernen sobre el horizonte junto al sol naciente.
No pretendo nada, solo quisiera compartir algunos pensamientos de insomnio, junto a su respiración desbocada, tratando de deshacer molestos dolores, con mis dedos aceitosos, y mi nariz exploradora.
No se cual es mi juego, solo soy un aprendiz de mago, un lobezno majadero aullando en la oscuridad, para dejar muy clara su naturaleza depredadora.
No pretendo más, que construir un instante, y guardarlo muy adentro, lamiendo lo que queda de su estela en esta niebla espesa, tatuando en mi recuerdo, el verdor acuoso, algo siniestro, penetrante e hipnótico de sus ojos.

Pablo Pérez Sibaja
Agosto 2008

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