domingo, 21 de octubre de 2007

Un poema amargado




Ser romántico.

Ser romántico es ver las lúgubres estrellas con el filtro de la droga neurotrasmitida.

Es una cadena de noticias sensacionalistas, escritas por un periodista ciego.

Es una forma cruel de endulzar oídos femeninos, inocentes y deslumbrados.

Es el constructo seguro de una horizontalidad vana, trivial y sudorosa, más o menos duradera.

Es crear un postre redondo jugoso y brillante, listo para ser restregado en tu cara.

Ser romántico es construir un camino al infierno de abalorios y pequeñas piecitas labradas, húmedas y frágiles.

Es un préstamo con intereses altos, solicitado a un capo mafioso.

Es una careta de cera, esculpida por comercio, televisión y sociedad.

Es regalar una cicatriz coleccionable, para ser añorada en el futuro con lágrimas y despechos.

Es comprar todos los números para la rifa de un hematoma en la otra mejilla

Ser romántico es colgar borlas en la neblina del camino ubicuo a un estrepitoso final.

Pablo Pérez Sibaja

Septiembre 2007

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