martes, 21 de abril de 2009

existencialismos o algo parecido


"¿para que vivo? Vivo para no perder."
adrian abonizio



Se acumularon junto al aprendiz de mago, un monton de fracasos irrelevantes para el universo, pero relevantes para la existencia social.
Su mascara de ficcion se iba cayendo poco a poco, como sus dientes, como la muerte que iba creciendo en su vientre.
Estaba masacrado por los años, pero estaba aun muy joven en su cuerpo, por el nuevo significado que tomaban ahora sus fracasos para si mismo, como si se hubiera caido un velo de credulidad en el cual siempre todo iba a salir bien.
Los dias empezaron a hacerse cada vez mas cortos, y se apoderó de su frente una somnolencia eterna y pesada.Quería solamente refugiarse en los linos de su cueva de penumbras, en donde la luz no dañara su vista, en donde no fuera necesario moverse, ni sentir hambre,ni saberse observado por miles de ojos que otrora parecieran insignificantes y anodinos, pero que ahora apuñalaban finamente sus poros, convirtiendo cada palabra en una pestaña filosa y cruel, que le señalaba pasados y amontonaba las larvas perezosas, que creía joyas, y le mostraba sus arapos, antes pensados finas vestiduras.
Se estaba encogiendo, y todo iba tan rapido que el viento no le dejaba respirar, todo estaba tan insoportablemente claro ahora que no podía tolerar la luz del sol, que le hería sus parpados cerrados con fuerza.
Se le atragantaban letras en los dedos, reclamos en la garganta, responsabilidades no asumidas pesaban en su espalda, pruebas fallidas, espectativas no cumplidas señalaban como miles de dedos su corazon, que sentía reventar en cualquier momento, para convertirse en un simple escupitajo cósmico patético, lejano, satírico e irrelevante, de una intrascendente textura acuosa.
La culpa le aplastaba al lecho.
Ya no quería luchar, estaba cansado, y había tomado mucho tiempo para procurarse ese cansancio, pero le revolvía el estómago pensar en sus excusas para mantenere como una estatua, como una piedra.
Pero sabía que se iba a levantar el otro dia, e iba a salir, iba a caminar por el polvoroso camino cuesta arriba, sin ganas, por obligación, unicamente para no perder, unicamente para que no le dijeran cobarde, aunque sabía, que era un cobarde, que era un despojo, y que solo quedaban ruinas de su vida.
Iba a vivir, porque no tenía más remedio, y lo iba a tratar de hacer lo más dignamente posible, con sus heridas, con su cansancio, iba a vivir a pesar de todas las razones para no hacerlo, iba a vivir porque alguien ya lo había decidido.

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