jueves, 4 de junio de 2009

En boca cerrada no entra mosca...


En boca cerrada no entra mosca... entonces contestenme ¿que pasa cuando uno camina tranquilo y por allá ve una gorgona a la que le salen larvas purulentas por cada orificio, mientras jala en las espaldas un arapo muerto y maloliente que le habla al oido cada noche y poco a poco va carcomiendo su panza y su mente, y hiede, y se queja pero lo disfruta, y le pide fiado al karma, mientras colecciona pedacillos de corazones de carton, encima de una pila de odios sin sentido, y rabietillas alquiladas, de los malsanos pajaros carroñeros que le rondan? ¿Estaba abierta la boca?

Pablo Perez Sibaja.

4 comentarios:

  1. Senti el ácido arrrggghhh!!!

    me gusta su manera dedescribir, es muy precisa

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  2. Cinceramente querido
    je m’en fous
    No lo voy a ocultar, prefiero ser cabeza de Gorgona
    que “pobre” ninfa cautiva de juegos
    y disfruto de los más bellos estragos que causan mis poderes de diosa “purulenta”.
    Sacando del infierno aquellas rancias fobias, muertos y demonios no conseguirás someterme.
    “Así que mejor no trates de herir a quien nunca podrás matar”
    Lo “terrorífico” de la Gorgona está nada más en tus ojos henchidos de putrefacción. Apuntaste la mirada y te dejé verme sin que el veneno de mis serpientes te convirtiera en lo que ya eras, un deshecho de las pulgas que saltan de cada perra que consigues espolear.

    (Y sí, linda forma de escribir, siempre he rescatado ese estilo crudo muy personal.)

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